domingo, 6 de junio de 2010

Cálida y húmeda

Va retrasada, pero no importa, su cita llega siempre tarde, llega con la noche y los faros de las calles, con los anuncios luminosos y las luces intermitentes, llega con la llamada repentina, muchas veces esperada y pocas veces recibida, que la exalta y la emociona, la llena de expectación. Él llega con la parsimonia de quien no espera mucho del evento a sabiendas de que será como otras veces. Él no es como ella, entregada y constante, sino petulante y caprichoso. Ella quiere ser para él como la selva, cálida y húmeda. Él… él sólo quiere ser como el perro, que de instintos se basta y se sobra.
Espera en la esquina, parada bajo la farola aguantando el frio, como una puta espera a su cliente. Qué coincidencia que él así la mire. Y llega en su carro blanco, sólo se estaciona y ella sube rápidamente. Se dirigen la primera mirada, cómplice que una urgencia que necesita ser saciada. Pero primero, el cómo estás y el qué has hecho salen de la boca del hombre y ella responde animadamente; y como toda mujer da detalles, dice nombres, cita lugares… palabras que no tienen sentido para su interlocutor. Él apenas escucha, la conoce bien como para saber lo que quiere y la hace sentirse importante e interesante. Es ese engorroso requisito para aspirar a su gracia y asegurar futuros encuentros.
Y después de la palabrería, la acción. A lo que vine-piensa-Dar mantenimiento a la máquina defectuosa, una errática relación. Te daré algo que hará que no me olvides hasta nuestro próximo encuentro. Y mientras hacen su labor, él piensa en su mujer y en ésta que no es suya, las compara y a veces se detiene y reflexiona, se avergüenza, se arrepiente, pero como el animal sin la soga, no da marcha atrás y avanza, arremete, piensa que no hace el mal, que sólo es un escape. Pero por momentos, hasta siente lástima por esa mujer que ahora está con él, gimiendo a un mismo ritmo, siente lástima de usarla. La observa, tan inocente y tan ignorante, la toca con sus ojos y con su piel y ella se estremece, como si con el tacto le ordenara que lo hiciere.
Y este hombre, pobre estúpido, no advierte que esa mujer ya fue de otro… de allá viene, por eso la tardanza. Ella en su papel, juega a ser la engañada. Y como aquel, también piensa en otro, en su próxima cita que la espera en casa; pero ella no compara, no le interesa si los comparte, si viven otras vidas, ella sólo está ahí para disfrutar y ser disfrutada, para sentirse amada, para sentirse viva y vivir esas mentiras. Y que quien la juzgue piense lo que quiera, ¿pues quién podría saber más del amor que ella, que puede dar amor a tres?

La pregunta

-¿Que si creo en las almas gemelas?¿Acaso no viste 500 días con ella?.. Esas cosas no existen…” pensé…

Me sorprendió la pregunta, de tomó desprevenido y más todavía porque me la hizo una mujer de poco más de treinta años; una mujer de la cual se esperaría algo de experiencia (y de sentido común).
De momento pude evadir la pregunta, y pensé en responder que no, que no creo en las almas gemelas y que eso sólo existe en las revistas juveniles y las películas de moda. Es triste ver la manera en que las niñas (y últimamente viejas cada vez mayores) que leen revistas estúpidas como Por ti, Oye, Tú y otras donde salen los Jhonas Brothers y los personajes de Luna Nueva (o en peor de los casos, la pseudomujer Lady Gaga) se creen todas clase de historias pendejas de amores en principio imposibles, pero que después de vencer terribles obstáculos y derramar unas cuantas lagrimitas se vuelven eternos (y por supuesto, también después de coger en repetidas ocasiones) … ¡¡¡eso es pura basura!!! Eso no ocurre en la vida real, esas historias no existen. No digo que sea impensable encontrar el amor y ser feliz; lo que digo es que no es así de fácil.
Para que el amor funcione, como dice Nancy Álvarez (la gordita que conduce el talk chou ¿Quién tiene la razón?), el amor no es suficiente, antes que eso se requiere respeto, comunicación, entendimiento y tolerancia; cosas que muchas personas no están dispuestas a aportar en su una relación y por ello fracasan. El amor además, es entre dos seres humanos (o animales... o caca (¿han visto Two girls one cup?)), no sólo uno tiene que querer al otro, hay que dar y recibir.
Lo que contesté a esa pregunta fue muy simple: Pienso que en tu vida pueden existir muchas personas que en su momento considerarás alma gemela, (y creerás que no podrás amar a nadie más bla bla bla) la pasarás bien y después te darás cuenta que estabas en un error, que tu alma gemela no ha aparecido aún y que debes seguir buscando. Aunque también, muchas pueden morir sin siquiera haber encontrado a ninguna.
Después de lo que respondí me contó una historia como tantas que antes me han contado… otra de esas historias de amor que terminan mal, lo cual ya me lo esperaba. Mientras lo hacía, noté algo de tristeza y tal vez un deje de desesperación. A nadie le hace gracia contar desavenencias de su vida, y si a eso se le añade tener treinta y tantos años y descubrir de repente que la pareja en la que confiabas resultó no quererte ni un poco y ahora estás solo (y aun vives con tus padres), la situación se vuelve muy desesperante, y es precisamente la desesperación la que te lleva a hacer cosas que normalmente no harías; crear un perfil público para conocer personas de diferentes lugares, entrar a chats con categorías como “Amor”, “Tendencias” , “Romance”… o hasta cosas impensables, como subir tu foto a sexyono y pedir que te eleven el autoestima con un 10 o 9 o mejor todavía si cliekean SÍ para concertar un encuentro que muy probablemente terminará en algo sexual.
Exponentes de este comportamiento hay por montones. Una tarde que no tengan nada que hacer, pueden entrar a esa página y entretenerse con la progresión de abominaciones que ahí aparecen. Yo, en lo personal, tomé mi sugerencia y una tarde que no tenía ganas de hacer más que rascarme las bolas, abrí la página y encontré algunas criaturas interesantes, algunas de las cuales enviaré al Falso Profeta a la brevedad posible para haga otro de sus brillantes post sobre el sitio.
Creo que haré bien y mal…

Pienso que sí es posible encontrar el amor, pero no en estos sitios, no de estas maneras…y mucho menos subiendo fotos intentando ser… ¿sexis? Recomiendo grandemente “500 días con ella” (500 days of summer), es una película del año pasado muy educativa sobre las relaciones basadas en simples gustos y en donde se confunden el “pasarla bien” con el verdadero amor, con un interesante mensaje en el final.